Puerto Plata

República Dominicana

martes, 7 de julio de 2009

Hacia una Correcta Lectura Radial


Por La lectura es una herramienta que hace que los humanos adquieran la mayor parte de los conocimientos y por tanto, influye mucho en la formación intelectual.
El leer bien es uno de los factores que debe imponerse en la radio, porque a diferencia de la televisión donde se presentan imágenes, la radio carece de las mismas, lo que se constituye a su vez en un gran poder.

Ahora bien, ¿por qué es importante ser un buen lector en este medio? .En la radio, saber leer es sumamente significativo, porque todo lo que se lee, se oye y hay que saber hacerlo de manera tal que lo que se dice no se constituya en ruido, sino en información que pueda ser recogida de manera sencilla y sin esfuerzos por el oído. Por tanto, el mensaje transmitido debe ser muy claro y entendible.

La lectura anticipada permite al locutor obtener muchas ventajas como; el tener un léxico más amplio, conociendo así el verdadero significado de las palabras, lo que permite una perfecta comprensión de lo que se lee, ayudando en gran manera a la asimilación y a la retención de lo leído.

Otra importancia, es que leer un material con anticipación, le da al locutor tiempo para analizar, relacionar y engarzar las ideas del contenido sin necesidad de algún soporte o apunte, para que en caso de extraviarse el material o de contener errores, la capacidad o el conocimiento que tenga el lector sobre el tema que esté transmitiendo se imponga ante cualquier tipo de inconveniente; por tanto, la lectura anticipada da lugar a los siguientes beneficios: la comprensión, asimilación y retención de un contenido determinado. Reconocer las palabras. Además permite que el locutor tenga una lectura más rápida y fluida.


Todo locutor debe interesarse por documentarse y no limitarse a lo que ve, sino indagar, leer la prensa escrita, libros, periódicos, revistas, etc…
¿Cuál es el beneficio de esto?; ampliar los conocimientos en el campo gramatical, ayudando así a distinguir sus leyes, conocer sinónimos, para que el caso de tener que hacer alguna improvisación no se utilice repetitivamente una misma palabra, logrando hacer buen uso de la semántica.

El escuchar programas radiales de diferentes temáticas también ayuda a formar la disciplina de la lectura, porque da la oportunidad de distinguir los errores de entonación, de ritmo y de pronunciación, evitándose así que se recaiga en lo mismo.

Cuando se lee de manera mas bien lenta, se comprende menos lo leído. Esto se debe a que la mente tarda en tener la información completa que entrega la frase. Así cuando se llega al final del párrafo probablemente se ha olvidado como empezaba. Con una lectura más rápida la información de la frase llega rápidamente a la mente, se comprende en su totalidad la información y se retiene más fácil.

El locutor no debe volver atrás para aprender la información, esta disciplina aumenta la concentración, pero cuando la información llega a última hora conviene darle una lectura rápida aun cuando no se asimile.
El recordar, es la etapa más importante de todo el proceso, esto consiste en reproducir con sus propias palabras el contenido leído.

La base de una buena lectura va a depender de que tan bien escrito esté el material, en la actualidad la mala ortografía influye en gran manera en los “desastres” que se escuchan frecuentemente en la radio.
Primeros errores son; por adición de letras innecesarias, por supresión de letras, por apocope, por transposición y sustitución de letras y por omisión de signos de puntuación. Todos estos errores se reflejan claramente cuando se transmite un mensaje, es por esto que todos los factores se relacionan para evitar estos notorios errores que hacen que el oyente reciba una información distorsionada.

El ritmo de la lectura es otro de los factores más influyente para que el oyente reciba un mensaje que no sea ruido para sus oídos. El locutor debe leer de manera relajada, porque si habla muy rápido es probable que el radioescucha no siga interesado en seguirlo, se desvía la atención, principalmente si son personas mayores.
En segundo lugar, no debe dudar, hacer pausas indebidas o frecuentes. El emisor tiene que decorar la lectura con expresiones que ayuden a que lo leído parezca ser en realidad dicho, porque quien está escuchando la información no está utilizando los ojos.

Los ritmos varían según el tema o el tipo de programa, si se pretende que el oyente se sumerja en una historia, entonces el locutor debe pronunciar cada palabra de forma clara y con ritmo lento. En matutinos, el ritmo debe ser intermedio, que transmita alegría y vitalidad.

Las inflexiones de voz en el lenguaje oral, nos informa sobre las emociones del locutor, el grado de seguridad con que lee o se expresa, su posición, etc.
A la hora de leer, desaparecen estas pistas y es necesario que se reemplacen por otras señales que van indicadas por la respiración y por la actitud de quien emite. Es de aquí, que si el locutor lleva sus emociones ya sean buenas, o malas a su lugar de trabajo o cabina, esas mismas emociones recibirá el público radioescucha.
Preocuparnos por la lectura, nos garantiza el leer bien y el leer bien, a su vez, garantiza el respeto y la aceptación de un público merecedor de lo mejor.

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